Internet ha sido una revolución en todos los ámbitos y por supuesto también en de la Salud. Desde la aparición del concepto bienestar, tal y como hoy lo entendemos y asociado al de calidad de vida, las nuevas tecnologías de la información han tenido, entre otras, la labor de difundir estos conceptos y de concienciar a la sociedad de la importancia de llevar una vida saludable. Las ofertas de salud y wellness son cada vez más frecuentes en páginas de la red como por ejemplo la de la empresa multinacional Groupon, la cual ofrece desde spas y masajes a fisioterapia y consultas médicas o revisiones dentales a buen precio.
Además internet es el medio ideal para poner en contacto a pacientes, médicos y especialistas. La posibilidad de estar en contacto constante con el doctor, el llevar a cabo consultas online, y la propia búsqueda de información (el 85% de los pacientes consulta en la web sobre temas de salud), pueden abaratar en gran medida los costes de la Sanidad. Una mención destacada merecen los foros dedicados a pacientes de enfermedades, los cuales encuentran en ellos apoyo emocinal, gente que está en su misma situación, especialistas que pueden ayudarles, etc. Estos foros son una estupenda herramienta para los familiares y para aquellos que padecen enfermedades poco comunes. Al romperse la barrera del espacio, dichos enfermos pueden contactar con aquellos que están pasando por lo mismo.
Otro elemento a tener en cuenta cuando hablamos de salud en internet es la posibilidad de poder realizar cursos online que formen al profesional en determinados ámbitos. La cantidad de estudios científicos a disposición del usuario permite a este estar al día de los últimos avances así como formarse de manera contínua, algo imprescindible en el campo de la salud.
Pero no todo son ventajas en este binomio internet-salud. El exceso de información y el caos en el que el internauta se ve sumido al adentrarse en la búsqueda de información puede derivar en angustia y en lo que ha sido llamado “infoxicación”. También ha hecho aparición un tipo de usuario denominado “cibercondríaco” y que se informan acerca de enfermedades y luego creen padecerlas. Por último, la información no pasa un control de calidad y puede carecer de exactitud o validez científica. Luego hay que saber filtrarla, analizarla y buscar las fuentes fidedignas.